
El Triceratops fue descubierto por John Bell Hatcher en 1888. Su declaración como un dinosaurio legítimo se realizó cuando fue descubierto un cráneo intacto. Fue nombrado como actualmente se le conoce por Othniel Charles Marsh en 1889. Sin embargo, dos años antes él mismo lo había identificado erróneamente, declarándolo como un tipo de bisonte. La robusta naturaleza del cráneo de este animal ha permitido que muchos ejemplares se hayan preservado como fósiles, lo que también ha ayudado a que puedan ser estudiadas variaciones entre diversas subespecies.